La bibliotecaria malvada

(Este post fue publicado originalmente el 23 de junio de 2011)

Un mes sin escribir ni un post es mucho tiempo, demasiado. Entre unas cosas y otras no he encontrado el momento adecuado para sentarme tranquilamente y escribir. Ahora mismo el calor derrite mis escasas neuronas por lo que tampoco me excederé con el texto.

Muchos niños empiezan las vacaciones de verano, para los que tengáis esos pequeños monstruos os dejo un vídeo de la serie de dibujos animados “Kick Buttowski” (Cada día ponen unos nombres más difíciles a las series, con lo sencillas que eran en mi época: Tom y Jerry, o el Correcaminos…) El capítulo se titula “La bibliotecaria malvada” con una trama que gira alrededor de un préstamo bibliotecario…

A ver cuando nos quitamos esa imagen maligna, porque a los niños desde pequeños los adoctrinan en contra nuestra, después pasa lo que pasa en la atención a usuarios, de bibliotecas, archivos y centros de documentación…

PD: Me encanta la risa maligna de la bibliotecaria, empezaré a usarla con los usuarios cuando no tengamos imágenes de archivo.

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Un embajador de la cultura española en Tokio. Parte (II)

(Este post fue originalmente publicado el 27 de abril de 2011)

Continuamos con la entrevista a Manuel Pérez, Jefe de biblioteca del Instituto Cervantes de Tokio:

Pregunta: Ante una tragedia tan importante como la de Japón, sus ciudadanos han dado una lección al mundo de civismo. ¿Qué tienen los japoneses que no tenemos el resto de la gente?

Respuesta: En efecto, la reacción ha sido muy serena para lo terrible que está siendo todo. Pero yo creo que en el exterior hay una cierta idealización sobre ese “espíritu japonés”. Por lo que yo observo, los japoneses tienen parecidas reacciones ante los hechos a las que podríamos tener en España. Quizás un poco más contenidos como en este caso, pero con la suficiente emoción como para llorar, gritar o sonreír. Una de las cosas que más me está sorprendiendo de Japón, es lo parecido que es el carácter al de los españoles. Por supuesto hay cosas que aquí son tabú y que en España no lo son, y al revés. Pero insisto en que hay muchas más cosas en que nos parecemos.

Daños Instituto Cervantes Tokio

P: Muchos medios de comunicación y ciertas personas han catalogado de “apocalíptico” el desastre nuclear de la central de Fukushima Daiichi. Sin embargo la gente que vivís allí habéis sido los primeros en tranquilizar a familias y amigos. ¿Cómo has llevado esa situación? ¿La gente sigue haciendo vida normal o está tomando algún tipo de precaución?

R: Yo creo que se puede decir que se hace vida normal. Yo sigo lo que considero algunas precauciones como tomar agua embotellada, leche en polvo, etc. Y sobre lo de “apocalíptico” no quiero hacer comentarios porque sería muy duro con los medios de comunicación europeos y su falta de profesionalidad y rigor. Buen negocio tuvieron durante una semana que es lo que les duró.

P: He visto que estáis en pleno periodo de matriculación de alumnos. ¿Cuántos usuarios tiene la biblioteca “Federico García Lorca”? ¿Cuál es el libro que más se presta? ¿En que país los usuarios son los más rezagados para devolver los materiales?

R: Pues sorpresivamente la matriculación no ha ido del todo mal comparado a la situación y a las dificultades de todo tipo que estamos sufriendo. En la biblioteca tenemos ahora mismo unos 900 socios y están volviendo de forma paulatina a visitarnos pero yo creo que ahora, un mes después, estamos prácticamente con el mismo nivel de visitas que antes del terremoto. No sé decirte qué libro es el que más se presta, seguramente alguno de la sección ELE (Español como Lengua Extranjera), y si no es un libro, será una película en DVD. Que yo sepa no tenemos estudiada la morosidad en la devolución de los préstamos, pero no es mala idea. Sería curioso estudiarlo.

P: El otro día escuché en la radio que en Tokio había más escuelas de flamenco que en toda Andalucía. ¿Te han pedido alguna vez que bailes o enseñes a bailar flamenco o sevillanas? ¿Son ciertos los tópicos que en el exterior se tienen de España?

R: Sí es verdad lo del flamenco aquí. De vez en cuando te encuentras con alguien que ha ido a España, que ha estudiado baile, etc… todo referido al flamenco. Pero no me han pedido que baile yo (y mejor que no lo hayan hecho). Los tópicos que se tienen sobre España en el exterior no son mucho más graves que los que se tiene sobre todos los países. Como comentaba antes, los primeros que tenemos muchos tópicos sobre Japón somos nosotros en España. A eso me refería cuando antes hablaba de una cierta idealización.

Cerezo en flor ante el Instituto Cervantes en Tokio

P: A partir de enero la Ley Antitabaco ha prohibido fumar en todos los bares y restaurantes españoles. ¿Es verdad que en Japón no se puede fumar en la calle? ¿Cómo se las apaña un fumador en Tokio?

R: En Japón se puede fumar en unos sitios sí y en otros no. Lo de no fumar por la calle es desde hace mucho tiempo porque se considera que caminando puedes quemar a alguien, etc. Si te paras y te fumas un cigarrillo, no te dirán nada. Yo no soy fumador de calle, quiero decir, que no fumo caminando porque no me gusta, pero, si me apetece, busco uno de los muchos ceniceros que hay repartidos por todas partes (normalmente en las puertas de las tiendas de conveniencia de las que hay miles en Tokio). Hay muchos restaurantes que, por ejemplo, dejan fumar a partir de determinada hora (normalmente las dos de la tarde), otros no dejan nunca y otros dejan siempre. Es decir, un fumador en Tokio se las apaña muy bien.

P: Por último: ¿Recuerdas algún momento en el que te hayas sentido especialmente orgulloso de tu trabajo? R: El lema de los bibliotecarios es ‘sic vos, non vobis’ que es un verso que escribió Virgilio para contrarrestar un plagio de Batilo (un poeta menor). Viene a decir que igual que las abejas hacen miel pero la miel no es para ellas, o que los pájaros hacen nidos pero no para ellos sino para los polluelos, los bibliotecarios trabajan para los demás, ofreciendo su conocimiento de la información a los otros y no para ellos mismos. Pues bien, aun trabajando para los demás, normalmente “los demás” no hacen un reconocimiento de tu labor como bibliotecario. Como mucho te dan las gracias, lo cual pasa en otras muchas profesiones. Esto me lleva a decir que momentos en los que me he sentido orgulloso de mi trabajo son muchos, aunque no me lo hayan reconocido (algunas veces ni con un gracias). Otras veces el usuario sabe reconocer tu labor y te queda muy agradecido. Suficiente como para sentirse orgulloso. Desde aquí quiero dar las gracias a Manuel que me ha atendido estupendamente y ha colaborado en todo momento para contestar a esta entrevista.

Si queréis saber más sobre él, estará encantado de que os paséis por su blog: ‘El blog de Manolo Pérez‘.

Para leer la primera parte de la entrevista pincha aquí

Un embajador de nuestra cultura en Tokio ( Parte I)

(Este post fue originalmente publicado el 26 de abril de 2011)

Manuel Pérez es extremeño, concretamente de Badajoz. En cuanto tiene unos días regresa sin falta a su tierra, para descansar acompañado de familia y amigos. Cada vez que se pone en marcha tarda nada más y nada menos que 34 horas. Es que Japón está muy lejos…

Manuel en la actualidad es jefe de biblioteca del Instituto Cervantes de Tokio, donde lleva trabajando desde finales de 2010, aunque tiene un largo y brillante currículum.

Pregunta: Hola Manuel, has participado en la puesta en funcionamiento de importantes bibliotecas como las dos centrales de la Universidad de Extremadura en Cáceres y Badajoz y después las del Instituto Cervantes en Manila, París y Tokio. ¿Qué es lo que más te ha costado hacer?

Respuesta: Llegó un momento en que bromeaba diciendo que me había convertido en todo un experto en montar bibliotecas porque en unos años concentré un buen número de bibliotecas que montar. En la Universidad de Extremadura estuvimos trabajando muchas personas para que lo que íbamos a abrir se pareciera a dos bibliotecas centrales. En algunos momentos fue agotador. La experiencia con la puesta en marcha de las bibliotecas del Cervantes es más suave porque hay un equipo en Madrid que adelanta mucho los trabajos y tú lo que tienes que hacer es distribuir colecciones, alimentar el catálogo, poner en marcha los servicios, etc. para poder abrir con un mínimo de eficacia.

P: Según tengo entendido, algunos cargos del Instituto Cervantes cada cinco años tenéis que cambiar de destino. ¿Cuál será la siguiente parada?

R: Todavía no lo he pensado ni mucho menos. Ten en cuenta que llevo en Tokio ocho meses y en total son cinco años. A ver si primero me asiento un poco aquí porque, además, con todos los problemas que estamos teniendo, todavía siento un poco la sensación de recién llegado.

P: Con la crisis económica hay muchos españoles, sobre todo jóvenes, que se plantean seriamente probar suerte en el extranjero para encontrar trabajo. ¿Cuál es el mejor consejo que les puedes dar?

R: No me gusta mucho dar consejos, prefiero comentar experiencias y cada cual que saque lo que le pueda ayudar de la experiencia de los demás. Tengo un compañero que me dice que quién había dicho que el trabajo de bibliotecario no puede tener su parte de aventura. Y es verdad, ser bibliotecario es, entre otras cosas, ser un poco aventurero. Pero para trabajar en el extranjero lo primero que hay que tener es ganas de salir de la comodidad que supone estar en tu ciudad, cerca de tu familia, de tus amistades, etc. Y, después, proponértelo firmemente. Si te gusta, seguro que lo consigues. Y puede resultar muy gratificante.

P: Hace tiempo me surgió la oportunidad de hacer un viaje a Filipinas, pero me eché para atrás después de mirar las recomendaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores. Se advertía un alto riesgo de secuestros y posibilidad de atentados terroristas en ciertas provincias. Tu has vivido casi seis años en Filipinas y conoces perfectamente el país ¿Qué hay de cierto en estas advertencias y recomendaciones?

R: Lo de los secuestros y atentados, que yo sepa, se da fundamentalmente en algunas provincias del sur. Pero en Manila y otras muchas partes de Filipinas que he visitado, no he sentido sensación de inseguridad. Hay que ser prudente y no meterte en donde no te llaman, pero también hay que serlo en España.

P: El día 23 de abril se celebró el día Internacional del Libro. Teníais programada la lectura del libro Viejas historias de Castilla La Vieja de Miguel Delibes (Muy recomendable) ¿Qué otras actividades habéis celebrado?

R: Realizamos una lectura de doce relatos, fragmentos de textos y poemas de autores españoles e hispanoamericanos. Una actividad que llamamos Excursión a la literatura que es un paseo por entre las estanterías de la biblioteca durante el cual los excursionistas van comentado sus autores y títulos favoritos, sus gustos literarios, etc. Y también hicimos una sesión de cuentacuentos para los más pequeños. ¡Ah! Y regalamos una rosa a todos aquellos que sacaron materiales en préstamo.

P: Los efectos devastadores del terremoto y posterior tsunami en Japón los hemos podido ver casi en tiempo real por televisión e Internet. ¿Qué se vive en esos momentos y en los días posteriores? ¿Las bibliotecas japonesas están equipadas con estanterías especiales a prueba de terremotos?

R: Pues en esos momentos te pones bastante nervioso. Y el nerviosismo dura varias horas. La verdad es que no dormí prácticamente hasta el día siguiente. Tampoco me apetecía comer. Imagino que lo normal es que en los días siguientes recuperes poco a poco la normalidad, pero el problema aquí ha sido que a las 48 horas empezó la alerta nuclear y la tensión nerviosa se disparó. Tres días después del terremoto intentamos reanudar con cierta normalidad la actividad, pero no fue posible porque, entre otras cosas, el transporte no funcionaba regularmente y los estudiantes y usuarios tenían problemas para venir el centro. Decidimos cerrar una semana y yo me fui a Manila a desconectar de la presión psicológica que estaba sufriendo desde la gente que me quiere.

Las bibliotecas japonesas están equipadas para que no se caigan las estanterías, pero los libros se caen. El día siguiente del terremoto, que era sábado, estuvimos tres personas cuatro horas recolocando libros. Hay un enlace en el que, con cierto humor, los bibliotecarios japoneses pusieron fotos de la situación sus bibliotecas después del terremoto.

Hasta aquí la primera parte de la entrevista, mañana más…

Estudiar esa carrera con nombre raro

(Este post originalmente fue publicado el 12 de abril de 2011)

Hace unas semanas, leí en un diario digital que los “ni-ni” estaban en extinción. La generación “ni-ni”(ni estudia, ni trabaja) famosa hace no mucho la formaban miles de jóvenes que habían dejado los estudios y tampoco trabajaban. Parece que la crisis ha hecho cambiar la mentalidad de esta generación y para enfrentarse a las escasas oportunidades laborales han decidido aprovechar el tiempo y volver a las aulas para formarse. En mi cabeza todavía retumban las palabras de mis padres: “estudia, estudia, estudia, estudia…”

Cuando alguien se entera o sabe que trabajas en televisión de las primeras cosas que te pregunta es si sales en ella. Esa es la primera, la segunda es si conozco a Patricia Conde o cualquiera de las presentadoras de SLQH. Una vez que has aclarado que no sales en pantalla y sobre todo tras decir que no mantienes “contacto” con las chicas de “Se lo que hicisteis” el interlocutor pierde gran parte de atención por la conversación (Por el interés te quiero Andrés). Aunque de continuar suele derivar en las tareas que desempeña cada uno en el trabajo. Pero yo me quería centrar en la última pregunta, la que contiene la clave: ¿Tú que has estudiado para trabajar ahí?

Si explicar el trabajo desarrollado por un documentalista puede ser complicado dependiendo del área en el que se trabaje, el no va más es revelar que has estudiado Biblioteconomía y Documentación… ¿Biblioqueeeé?

Todos los que estudiamos esta carrera sabemos el desconocimiento general hacia el nombre y su contenido, tanto es así que en los nuevos planes de estudio ha desaparecido y ha pasado a denominarse “Grado en Información y Documentación”. No han sido pocas las veces que he tenido que aclarar que no soy economista y eso que la materia no me disgusta y estoy al tanto de lo que pasa con la economía.

Y para ilustrar esto con lo que muchos de mis colegas se sentirán identificados, os he colgado el vídeo de un estudiante de biblioteconomía, dando una lección de fonética en televisión.

No es por fardar pero: ¿Quién ganó el concurso?

Paren el mundo que me bajo

(Este post originalmente fue publicado el 12 de marzo de 2011)

Este título es el menos original del usado para encabezar todos mis post, pero no por eso la célebre frase de Groucho Marx ha dejado de estar de moda, al contrario hoy está en todo su apogeo.

No se si será normal a mi edad, pero últimamente tengo la sensación que todo pasa muy rápido, demasiado rápido. Me faltan horas. En la redacción se acumulan noticias, lamentablemente pocas por no decir casi ninguna buena. El periodo de caducidad de la información se ha reducido una barbaridad, lo que ahora es noticia, para el siguiente informativo nos es más que una información que se queda en una mención de segundos, unas simples colas (es un término utilizado en televisión, no penséis mal).

Cada vez está más claro que los medios de comunicación van al rebufo de lo que definitivamente es periodismo ciudadano. Son los propios ciudadanos los que han encontrado el mejor emisor posible a través de las redes sociales. Los medios de comunicación buscan ahora en ellas a los corresponsales a pie de la noticia, protagonistas de la misma y cuyo testimonio es a su vez noticia.

Revoluciones populares en los países árabes, crisis económica, especulación pura y dura, precios del petróleo y alimentos por las nubes, paro, pérdida de derechos de los trabajadores, terremotos, tsunamis y por si fuera poco ahora mismo mientras escribo estas palabras hay una central nuclear al borde del colapso…

No me gusta escribir con palabrotas, pero esta vez hay que decirlo y en mayúsculas:

ESTAMOS JODIDOS.

Cada día temo más las predicciones del agorero de Gerald Celente: «Dada la habilidad de los gobiernos para convertir grandes fallos en fallos catastróficos, la tendencia clásica de referencia suele ser que si todo falla, lo mejor es emprender una guerra».

Me acuerdo de aquella profesora de historia que tuve en el instituto y que nos amenazaba con un futuro incierto, advirtiendo que el ritmo de endeudamiento de la sociedad era similar al funcionamiento de las estafas piramidales y causaría, al final la caída del sistema financiero tal y como lo conocíamos… Otra cosa que aquella mítica profesora nos dijo daba más miedo: Al parecer existen una especie de ciclos en la historia con síntomas que advierten de la explosión de grandes guerras en el mundo. Mi profesora aseguraba que ella seguramente no estaría viva para verlo, pero nosotros casi con toda seguridad sufriríamos un enfrentamiento bélico a lo largo de nuestra vida…

Espero que no lleguemos a tanto pero parece que el mundo sale de un charco y se mete en una charca.

Como lo que interesa ahora mismo es lo que ocurre al otro lado del mundo, os dejo algunos recursos para no perderse nada del terremoto en Japón:

–         Mejores fotografías del desastre: The Big Picture

–         Algunos españoles en Japón cuentan en tiempo real en Twitter lo que están viviendo: @kirai, @zordor, @ungatonipon, @nachovalo, @nicointokio, @japangaijin, @SaveErnesto, @anagotchi, @Takeshi_Tngch

–         Organización Internacional de la Energía Atómica: Información actualizada de la situación de la central nuclear de Fukushima en su perfil de Facebook

–         NHK Televisión Pública de Japón informando en directo de lo que sucede a través de USTREAM

En caso de que todo falle, al final mi amigo y compañero Zabuqueral va a tener razón y lo mejor va a ser tirarse al monte y alejarse de la vida mundana.

Archivos con el agua al cuello

(Este post fue publicado originalmente el 4 de febrero de 2011)

En Australia no han empezado lo que se dice bien el año. Después de las apocalípticas inundaciones que afectaron al estado de Queensland, ahora han sufrido la violencia del ciclón (con nombre de coche) “Yasi”. Al menos esta vez no hay que lamentar pérdida de vidas humanas.

El objetivo de este post es centrarme en los daños causados por las inundaciones, que afectaron a un territorio equivalente a Francia y Alemania juntas, casi nada… 35 personas murieron y los daños materiales se calcula que son superiores a 5.400 millones de dólares.

Entre el material dañado y perdido para siempre se encuentran valiosos archivos de entidades y personas. La Asociación Australiana de Archiveros, ASA (No confundir por su parecido con la compañía de autobuses) se ha puesto rápidamente a trabajar. Con la colaboración de los afectados está compilando un registro con todos los archivos dañados por la catástrofe. Ese registro se crea con el objetivo de ayudar a Blue Shield, un comité internacional, creado por la UNESCO tras la Segunda Guerra Mundial que trabaja para proteger el patrimonio cultural de la humanidad, amenazado por conflictos armados y desastres naturales.

Ante una catástrofe de tales dimensiones es imposible actuar de forma simultánea en todos los lugares. El personal de cada archivo, biblioteca, centro de documentación o las personas que hayan sufrido daños en sus documentos por las inundaciones, deben seguir las recomendaciones en materia de rescate y preservación de documentos que la ASA ha puesto accesible a través de su Web.

En España el Ministerio de Cultura publicó hace tiempo una guía de Conservación preventiva y Plan de Gestión de Desastres en archivos y bibliotecas.
Os recomiendo una lectura rápida, tiene consejos muy útiles. Nunca se sabe, igual al llegar hoy a casa al vecino de arriba se le ha estropeado la lavadora…

El archivo hecho pedazos de la Stasi

(Este post fue publicado originalmente el 17 de enero de 2011)

El sábado 15 de enero quedó inaugurado oficialmente el Centro de Documentación sobre el Ministerio para la Seguridad del Estado o “Ministerium für Staatssicherheit” pocos lo conoceréis por ese nombre, pero si os digo que es el centro de documentación sobre la Stasi, entonces la cosa cambia.

La Stasi, fue la policía secreta de la República Democrática Alemana. Llegó a tener a su servicio a 90.000 agentes y 180.000 confidentes. Su sede central ocupaba toda una manzana de un barrio del Berlín comunista. Por el resto del país había otras 200 oficinas, encargadas fundamentalmente del espionaje y contraespionaje. El control de las comunicaciones por radio obsesionaba a la Stasi. Instalaron multitud de antenas y aviones que interceptaban las transmisiones inalámbricas por todo el país. Para la localización de los autores de distribución de panfletos contrarios al régimen, adiestraron perros, recogiendo y almacenando muestras olfativas de ciudadanos sospechosos. Crearon máquinas para abrir y sellar cartas procedentes o dirigidas a personas que amenazaban al régimen. Los pinchazos telefónicos y las escuchas eran muy habituales. El peligro de ser detenido estaba siempre presente entre los ciudadanos. A la mayoría de los detenidos les decían que les detenían para aclarar unos hechos. Los edificios de reclusión no eran conocidos por los ciudadanos. Los furgones utilizados para detener a los sospechosos iban camuflados. Los detenidos quedaban aislados en celdas sin ventanas, sólo ladrillos de vidrio. Cerca de 200.000 alemanes fueron detenidos por la Stasi. Algunos fueron condenados a muerte, incluso entre trabajadores de la propia institución. Fueron hechos que se mantenían en secreto pero que servía de escarmiento para los propios funcionarios de la policía secreta. A los condenados se les permitía escribir una carta final a sus familiares, correspondencia que nunca llegó a sus destinatarios y que fueron encontradas posteriormente en los archivos de la Stasi.

El 15 de enero de 1990 miles de ciudadanos enfurecidos ocuparon la sede central de la Stasi. Una tercera parte del material documental había sido destruido por los funcionarios desde la caída del muro de Berlín unos meses antes.

Las autoridades lograron salvar unos 112 kilómetros de actas, con unos 39 millones de archivos.

Tras la reunificación alemana, en 1995 la Comisión Federal de Documentos de la Stasi comenzó a trabajar en la reconstrucción de ese valioso material. Se recuperaron 16.000 sacas de documentos que habían sido rotos a mano. Junto a los informes había 1,4 millones de fotos, 164.000 grabaciones y 7.800 disquetes.

El trabajo de reconstrucción manual llevaría siglos hasta que todas las bolsas con materiales estuvieran disponibles al público. Hasta 2006 habían sido procesadas tan solo 320 sacas. Ahora se va a un ritmo de unas 200 sacas anuales y hay un proceso informático que pretende agilizar el proceso, reconstruyendo digitalmente los documentos, analizando el tipo de tinta y las formas de los trozos de papel para recomponer los complicados puzzles documentales que forman cada saca.

En el Archivo BStU, los archiveros restauran manualmente una media de 10 hojas diarias. La primera clasificación que realizan es por el color del papel, después según el material empleado para la escritura (lápiz, bolígrafo o tinta) además de separar de los escritos a mano o los rellenados a máquina y finalmente por el contexto del documento.

A medida que se van recuperando son puestos a disposición del público. Desde que se abrieron a la consulta pública en 1991 más de un millón y medio de personas han solicitado acceder al material almacenado.

Para los interesados en el tema la película “La vida de los otros” refleja muy bien el funcionamiento de la Stasi.

Este vídeo es un reportaje de la AFP sobre el trabajo de recuperación de estos documentos

Colorín, colorado, este año se ha acabado

(Este post fue originalmente publicado el 31 de diciembre de 2010)

Este es el último post del año. Se podrían contar muchas cosas (de hecho la mayoría de los medios de comunicación viene haciéndolo desde hace unos días) sobre lo que ha sido este 2010, como la lista es muy larga, sólo haré un par de incisos y dejaré que otros lo cuenten, seguramente, lo harán con más gracia.

Llega el día en que todos hacemos balance de lo que ha sido el año. Si alguien me pregunta en concreto, hoy diría que ha sido una mierda (con perdón) pero es que estoy resfriado y el constipado me irrita el carácter además de la nariz. Sin embargo me considero muy afortunado por lo que tengo y me rodea.

A nivel nacional el mayor aporte positivo lo ha dado el deporte (¡upsss! olvidad la palabra positivo). Hay que dar las gracias a la selección de fútbol que consiguió hacernos llorar, esta vez de alegría, en un mundial, pero que sepan Tassotti y Al Gandur que no me he olvidado de sus caras. Los demás éxitos han llegado del tenis, motos, natación, etc. Hay una frase que se ha puesto de moda en las redes sociales que resumen este año deportivo “Hola, soy español. ¿A qué quieres que te gane?”.

Pero no todo son días de vino y rosas. Hay un saco cargado de cosas negativas. La crisis que no cesa y dejando a millones de personas en el paro. La especulación que intenta quebrar a un país que por la torpeza de unos y la falta de apoyo e inutilidad de otros pagamos los mismos de siempre. Se podría resumir con la frase de Benjamín López, presentador de CNN+ en los últimos segundos de emisión del canal “Probablemente todos pagamos ahora los errores de otros”. En fin, la misma historia de siempre.

El día 29 a las 00:00 el botón con el número 9 del mando a distancia de mi televisión quedó huérfano. Desde aquí mi solidaridad con los compañeros de ese medio de comunicación.

Os deseo a todos un feliz 2011.

El duro diario de Tanya Savicheva

(Este post fue originalmente publicado el 23 de noviembre de 2010)

Yo tenía ocho años cuando murió (no recuerdo haber llorado). De no haber sido así, hubiera cumplido 424 años. No te vuelvas loco, no hay ningún error en las cifras. Era el más anciano del lugar y como todos los de su especie murió al cumplir los 400. A pesar de su vejez se mantenía ágil, veloz y muy fuerte, tanto que necesitarías siete personas como tú para igualarle. Hoy es un espléndido cerezo que espera deshojándose la llegada del invierno.

Con todos estos datos, si no sabes de quien hablo, es que no has tenido infancia. David, era un médico de quince centímetros de altura, casado a los cien con su amiga y fiel compañera Lisa. Para visitar a sus enfermos utilizaba un transporte ecológico de cuatro patas con la voz de Ramón Langa, que respondía al nombre de Swift, todo un zorro.

Todos los niños comenzaron a vivir y disfrutar de las aventuras televisivas de David el Gnomo y sus amigos aquel mes de octubre de hace 25 años. Su creador Claudio Biern Boyd que a pesar de sus apellidos, es español, ha sido entrevistado en Público. Además de “David el Gnomo”, fue también el autor de otras míticas series de dibujos animados como “La vuelta al mundo de Willy Fog” y “D’Artacan y los tres mosqueperros”. Aunque suene a tópico, ya no se hacen series de dibujos animados como las de aquella época. El éxito de David el Gnomo, basado en el libro “La llamada de los Gnomos” fue exportado a varios países. En EEUU hubo algunos problemas con los pechos de Lisa, al parecer eran demasiado grandes y hubo que retocar su figura. No sé que los pasa allí con las tetas, pero poco dicen de sus inolvidables “Vigilantes de la playa”.

Ahora que es época, ten cuidado, no lo pises si es que estas buscando setas, no sea que cometas una barbaridad.

Un ser pequeñito y bonachón

(Este post fue publicado originalmente el 26 de octubre de 2010)

Yo tenía ocho años cuando murió (no recuerdo haber llorado). De no haber sido así, hubiera cumplido 424 años. No te vuelvas loco, no hay ningún error en las cifras. Era el más anciano del lugar y como todos los de su especie murió al cumplir los 400. A pesar de su vejez se mantenía ágil, veloz y muy fuerte, tanto que necesitarías siete personas como tú para igualarle. Hoy es un espléndido cerezo que espera deshojándose la llegada del invierno.

Con todos estos datos, si no sabes de quien hablo, es que no has tenido infancia. David, era un médico de quince centímetros de altura, casado a los cien con su amiga y fiel compañera Lisa. Para visitar a sus enfermos utilizaba un transporte ecológico de cuatro patas con la voz de Ramón Langa, que respondía al nombre de Swift, todo un zorro.

Todos los niños comenzaron a vivir y disfrutar de las aventuras televisivas de David el Gnomo y sus amigos aquel mes de octubre de hace 25 años. Su creador Claudio Biern Boyd que a pesar de sus apellidos, es español, ha sido entrevistado en Público. Además de “David el Gnomo”, fue también el autor de otras míticas series de dibujos animados como “La vuelta al mundo de Willy Fog” y “D’Artacan y los tres mosqueperros”. Aunque suene a tópico, ya no se hacen series de dibujos animados como las de aquella época. El éxito de David el Gnomo, basado en el libro “La llamada de los Gnomos” fue exportado a varios países. En EEUU hubo algunos problemas con los pechos de Lisa, al parecer eran demasiado grandes y hubo que retocar su figura. No sé que los pasa allí con las tetas, pero poco dicen de sus inolvidables “Vigilantes de la playa”.

Ahora que es época, ten cuidado, no lo pises si es que estas buscando setas, no sea que cometas una barbaridad.